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¡Bienvenidos a mi blog! Vídeo de presentación

En éste espacio encontraréis información sobre las novelas que, a día de hoy, tengo publicadas. Espero que, con vuestro apoyo, el número vaya creciendo poco a poco. Si sois de los que disfrutáis con una buena historia de amor, os invito a que curioseéis y os dejéis tentar por alguna de estas historias. Están escritas con mucha ilusión y pasión y creo que eso se nota y se trasmite a través de sus páginas, pero sois vosotros los que debéis juzgarlo. Gracias por visitar mi blog.

BOLIFABER

  - FINAL FELIZ. 
¿Característica principal o hándicap insalvable para el escritor?




Hola amigos. Soy Bolifaber, de nuevo. Hoy llevo todo el día de relax. Mi jefa se ha tomado el día libre, lo que significa que yo también lo tengo. Así que, aquí estoy repanchingado encima del escritorio, disfrutando del solecito que entra por la ventana y me calienta las tripas.

En días como hoy, aprovecho para meditar y hoy no dejo de pensar en una pregunta que me ronda por la cabeza desde hace tiempo: ¿Por qué mi jefa habrá elegido escribir novela romántica?

Yo, la verdad, habría elegido cualquier otro género porque este tiene una dificultad añadida y digo yo: ¿para qué complicarse la vida no habiendo necesidad?

Me explico. Ya sabéis que una de las reglas de oro de la novela romántica es que la historia tenga un final feliz. Al menos, así lo cree mi jefa, que lleva ese principio a raja tabla. Pues bien, a mi modo de ver, esa, su característica principal es, a la vez, su mayor inconveniente.

Os pongo un ejemplo: en la novela negra, el autor se pasa la novela dando al lector pistas falsas que lo hagan dudar de cuál será el final durante toda la trama.  Juega al despiste y el punto álgido de la trama se produce cuando, en el último momento, tras un nuevo giro magistral de los acontecimientos, todo se desbarata o se arregla, según se mire, y el lector se lleva la gran sorpresa.

En la novela romántica no puede hacerse eso. Desde el principio se sabe que la pareja de protagonistas va a terminar junta y feliz, por lo que, a mí me parece que tiene que resultar mucho más difícil sorprender al lector. No sé, es como si en un espectáculo de magia, los espectadores, para llegar al patio de butacas, tuvieran que entrar a la sala por detrás del escenario, viendo todos los entresijos del truco de magia. Ese factor sorpresa del final, ese giro en los acontecimientos, escribiendo romántica, se esfuma. No puedes guardarte ese as en la manga para utilizarlo “in extremis”.

Aunque, ahora que lo pienso…, tal vez es precisamente eso lo que le gusta a mi jefa. Ese toque mágico que tiene la novela romántica, que la hace capaz de mantener al lector enganchado pese al hándicap de que, desde el principio, sepa a dónde le lleva la trama.  Que, de alguna manera, el final no sea lo importante. Que, como en la vida misma, lo realmente importante sea divertirse, pasarlo bien y disfrutar del recorrido hasta que se llega a la palabra “Fin”. 

Sí, va a ser eso seguro, aunque, me sigue pareciendo muy difícil conseguirlo.

¡Buff! Tengo la tinta a punto de ebullición, voy a rodar para colocarme a la sombra o terminaré derretido. Os dejo. ¡Hasta otra, amigos!